Para la masa:
500 g de harina (yo utiicé de distintas harinas que me quedaban restos)
10 g de sal
20 g de azúcar
40 g de manteca de cerdo
300 g de agua
20 g de levadura fresca
Yo reduje la levadura y puse 80 g de mi masa madre
Para la cubierta utilicé lo que había por casa, es decir:
Aceite de aroma de hierbas. (Esto cuesta una pasta muy curiosa. Para la próxima me hago un apaño casero y ya lo aromatizo yo.)
Dos cebollas
Bacon a trocitos
Champiñones en laminas
Queso emmental
Vino Oporto que me regaló Marigueli.
La masa se prepara en un momentito. Se agregan todos los ingredientes en un bol, mezclamos bien vertemos en la encimera, amasamos y por último añadimos la levadura. Pintamos de aceite un papel de hornear y volcamos la masa sobre él que ya estará en la bandeja del horno. Estiramos con los dedos hasta formar un rectángulo que cubra toda la bandeja. En mi caso esto no pasó pero por poquito. Una vez estirada a reposar una hora en un lugar por el que no haya corrientes de aire. Yo lo dejé reposando mucho más tiempo metido en la nevera.
La cubierta se prepará en un ya! Dos cebollas picadas y reducidas a un brillo amarillo que cubre toda la sartén. Se le une el bacon y los champiñones. Se salpimenta. Se le añade el vino y se sube el fuego hasta que solo quede el colorcito y el aroma que aporta Oporto ( qué maestría en los juegos de palabras my God)
Pasado el tiempo de reposo nos pulverizamos las manos con ese aceite tan baratito y masajeamos la masa dejando las marcas de las yemas en la superficie. La masa absorbe mucho aceite ponedle a vuestro antojo. Es el momento de poner por encimna de nuestra focaccia la cebolla y el resto de ingredientes repartiéndolo bien por toda la superficie y coronando toda la cubierta con emmental. Poned el que prefirais, con rulo de cabra, queso curado, gorgonzola, mozarella fresca... Por último veinte minutitos en un horno precalentado a 180 º y en cuanto salga a comérsela como si fuera el último día que vamos a comer. Ahí os dejo unas imágenes de la focaccia que nunca quiso ser pizza y, lo que si os digo, es que estaba rica pero, al ser la primera vez que hago y como focaccia ,si os animais a mirad otras recetas no vaya a ser que estono se parezca y nos estemoa comiendo una cosa muy rica que ni es focaccia ni es ná.
Me falta hablar del pan de molde que me robó el corredor de fondo cada vez que iba a por algo a la cocina. También pongo una foto del antes, del después no queda.